El envejecimiento satisfactorio es una meta que todos perseguimos. Todos queremos vivir este proceso de manera óptima. Sin embargo, cabe señalar que en líneas generales no se debe estrechar este concepto con la longevidad, sino con el bienestar que se experimente en las distintas áreas que conforman a una persona (áreas físicas, sociales, económica, etc.). Además, "esta dimensión de bienestar, relevante para lograr un envejecimiento satisfactorio, difiere sustancialmente entre los diversos individuos" (Crespo, 2006).
Hay algunos autores que se refieren a este tema. En esta publicación tocaré dos de esos autores. El primero de ellos es Gingold para quien el envejecimiento satisfactorio significa permanecer vital físicamente, alerta mentalmente y con plenitud emocional, cuando se llega al final de la vida. Todo esto está muy relacionado con la adaptación a la vejez y los cambios que trae, para lo cual señala es necesario la sabiduría procedente de la experiencia, capacidad para atender nuevas habilidades y capacidad para aplicar soluciones innovadoras.
Los otros autores que se refieren al tema son los esposos Baltes. Ellos han definido el envejecimiento satisfactorio como la maximización de las ganancias, que son los resultados positivos deseados; más la minimización de pérdidas, que son los resultados positivos no deseados; teniendo en cuenta las oportunidades y limitaciones con que contamos desde el inicio del ciclo vital.
A partir de lo señalado, los Baltes plantean el SOC (selección, optimización y compensación). Es decir, la selección de metas y reconstrucción de pérdidas, la optimización del uso de medios para lograr la meta seleccionada y la compensación usando medios para contrarrestar pérdidas.
Fuente: De Miguel |
Referencia:
Crespo, D. (2006). Biogerontología. Cantabria: Santander.Recuperado de: http://books.google.com.pe/books?id=CotphGwLMSwC&pg=PA244&dq=envejecimiento+satisfactorio&hl=es&sa=X&ei=ZOExVKixFYyRgwSriYKwAg&ved=0CB4Q6AEwAQ#v=onepage&q=envejecimiento%20satisfactorio&f=false
De Miguel, A. (2002). Adaptación positiva al proceso del envejecimiento. Tabenque: Revista Pedagógica. N° 16, 49-82. Consultado en http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=743585.
Escrito por: Dana Sofía Barja Otero
Estoy muy de acuerdo con lo que nos das a conocer mediante estos autores, los dos resaltan el factor emocional, se pensaba que para que una persona este en óptimas condiciones de salud, solo bastaba, tener buena salud física. Uno puede llegar a la vejez con óptima salud, pero si nos sentimls solos, si creemos que ya hicimos todo, no tenemos algun objetivo, nuestra salud podría verse afectada de una manera significativa.
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